Al ver la fe de ellos…

Cuenta la historia de un hombre que vivió hace muchos años, en condiciones lamentables por causa de algo que padecía, aquel hombre, era paralítico.

Para los que me conocen, saben que soy un tipo amante a los contextos, por esto, quisiera ilustrar un poco la época en que sucedieron los hechos.

En la época actual en la que estamos, aunque ser paralítico es limitante, existe mucha conciencia acerca de las discapacidades, por eso, existen sillas de ruedas, ascensores, rampas, y mecanismos para subir de un lado a otro sin necesidad de usar las escaleras.

Sin embargo, en la época en la que sucedió la historia de este hombre, no existía nada de eso. Ser paralítico en esa época era sinónimo de maldición, puesto que aquella persona que tuviera una parálisis como la de aquel hombre, dependía si o si de la ayuda de otros. Empezando con decir, que la condición de aquel hombre, era vivir totalmente postrado en el piso.

Logras imaginar, ¿cómo sería la vida de este hombre, en cosas tan sencillas como ir al baño, comer, cambiarse de ropa, bañarse? e.t.c.

La historia nos relata, que aquel hombre paralítico, a pesar de su discapacidad y no poseer nada material, si tenia una única cosa que lo mantenía con vida, este hombre poseía la fortuna de tener en su vida, a cuatro amigos. Estos amigos, eran los que lo atendían en todos sus asuntos , su comida, su baño, su dormida, su sustento, en fin.

Un día, uno de esos cuatro amigos, escuchó la noticia, de que en el pueblo en el que ellos vivían, había llegado un médico, el cual tenía fama de ayudar y hasta aun sanar la condición de personas, que padecían lo que padecía aquel paralítico. Ese amigo que escuchó hablar de este médico, fue y le contó la noticia a los otros tres amigos del paralítico, y juntos tomaron la decisión de llevar a su amigo que estaba postrado, al lugar donde estaba aquel medico. Lo bañaron, lo vistieron y lo montaron en una especie de camilla, para ponerse en marcha en dirección donde estaba el médico visitante.

Una vez llegaron al lugar donde estaba aquel hombre, se dieron cuenta, que no eran los únicos que habían escuchado la noticia, porque el lugar estaba abarrotado de gente, que también querían una consulta con aquel médico.

Estos cuatro amigos, casi se dan por vencido de presentar a su amigo delante de aquel hombre, ya que era mucha la gente que había en ese lugar, pero en ese momento uno de ellos tuvo una idea, que inmediatamente la compartió con los otros tres.

La idea, era subir a lo más alto del lugar, es decir, subir al techo, y con unas cuerdas, bajar a su amigo en la camilla que lo llevaban, hasta poder ponerlo frente a frente de aquel médico que lo podría ayudar.

Y así lo hicieron.

Por supuesto, esta acción tan extrema de los cuatro amigos, causó un malestar en el resto de gente que estaba también esperando, y empezaron a criticar y a murmurar de ellos, enfadados por lo que estaba sucediendo. Cuenta la historia que en ese momento, aquel médico, al ver lo que estaba pasando, y al ver la fe de aquellos cuatro amigos, se enfocó en paralítico y lo sano, haciendo lo que muchos le llaman hasta el día de hoy “UN MILAGRO”, puesto que aquel hombre paralítico salió de aquel lugar caminando, por primera vez en toda su vida.

En el escrito anterior de este blog, escribí parte de mi experiencia en la carrera 80, hoy quiero contarte algo más, que tiene mucha relación a la historia que acabo de mencionar.

El paralítico en mi experiencia de la carrera 80, Soy Yo.

Mi llegada a este lugar modesto de 20 sillas y unos 10 cuadros en la pared, es muy similar a la del paralítico de la historia. Por fortuna, no llegue con una parálisis de cuerpo, pero si llegue a ese lugar, con una parálisis peor, una parálisis del alma.

A ese lugar, llegué totalmente derrotado, sin esperanza, sin ilusiones, sin propósito, sin familia, sin amigos, sin una sola certeza, de que algo positivo podría ocurrirme, me sentía totalmente aislado y desechado por la sociedad, puesto que mi problemática es bastante compleja.

Pero así, como aquel paralítico tuvo la fortuna de contar con cuatro amigos, que tuvieron la fe que él no tenía, yo conté con la fortuna de toparme, con un grupo de hombres y mujeres , con una fe extraordinaria. Hoy por hoy digo, que este pequeño grupo de personas, me salvaron la vida.

Aquellas personas no son perfectas, tienen errores como todos los seres humanos, pero puedo asegurar y aun garantizar, que nunca, en toda mi vida, había visto y ni siquiera sentido, un amor tan altruista, como el que irradian estos seres humanos, una clase de amor tan absurdo, que no esperan nada a cambio, un amor que aniquiló cualquier clase de paradigma, que hasta ese momento tenía en mi cabeza.

Hoy, puedo decir, que en ese lugar me despertaron e inicie un proceso, proceso que ha sido doloroso, desgarrador, insoportable en ocasiones, pero por extraño que parezca, siento después de mucho tiempo, que esa caída libre en la que iba, se pulverizó ,frente a una nueva dimensión que me presentaron aquellos hombres y mujeres, y así, después de mucho tiempo, tengo una sensación de que voy en ascenso, poco a poco.

Este grupo de personas, que son mas de cuatro amigos, por medio de su amor incondicional, me han ayudado noche tras noche a calibrar mi GPS, hacia la dirección de donde nunca debí desviarme, y es la dirección de relaciónarme personalmente, con lo que ellos le llaman, un DIOS AMOROSO.

Hoy, como aquel paralítico, me siento afortunado de tener estas personas en mi camino, con los estándares que tienen estos hombres y mujeres, con los que comparto noche tras noche, en ese lugar modesto de la carrera 80.

Doy fe, que este nuevo despertar espiritual, que me tienen viviendo, no ha sido gracias a mi, sino a la FE DE ELLOS, y con toda la tranquilidad, puedo descansar, en que la FE DE ELLOS, siempre será un puerto seguro para mi, puesto que cuando no existía esperanza, esta gente me bañó, me vistió, y se pusieron en marcha para presentarme delante de un Dios, que pudo cambiar por completo, el rumbo y la triste realidad que estaba viviendo.

A ellos GRACIAS!!! Espero corresponder a eso que irradian, de la misma manera que lo hicieron conmigo, permaneciendo despierto y regresando noche tras noche para compartir experiencias, fortalezas y esperanza.

Nos vemos pronto, saludos!!!

PD: La historia de aquel paralítico, reposa en Marcos 2: 1-12, en la Biblia.

Categorías: ACTUALIDAD

JHON SILVERA

“Soy un creador de posibilidades, un instigador de alegría, un catalizador de crecimiento, un constructor de gente y un productor de pasión. Soy experto en la psicología del cambio, soy un empresario de eventos con amplia experiencia, líder innato, visionario, conferencista, un amante de la familia, un amigo, un abogado de los que no tienen hogar. Muestro una persona que establece una diferencia y una fuerza para el bien; un desafiador y un tipo divertido, animoso y humilde, Me identifico en los elementos más elevados de mí mismo y considero esas facetas mías que todavía no son perfectas como una oportunidad para el crecimiento antes que como defectos de mi carácter.»

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