
Un día como hoy, en la ciudad de Medellin, ciudad que por cierto es muy bonita, y vivi gran parte de mi vida, me encontraba en casa de Lukas mi amigo, ya estaba en mis últimos días de mi carrera de bebedor. Recuerdo que Lukas, tenia un mini bar en su casa, donde usualmente tenia botellas de licor, algunas exclusivas, otras simplemente botellas que quedaban de alguna integración con amigos. Me sentía muy ansioso, con mucho miedo, descontento a la verdad, la presión que sentí en ese momento, era bastante extraña, y aunque en mi mente no quería beber, es algo demasiado extraño, el ver como mi mirada sin darme cuenta siempre se dirigía a ese pequeño bar. No se exactamente la sensación que me generaba ese espacio de la casa, pero por una extraña razón me calmaba. Finalmente me acerque, y vi que una botella de licor estaba por la mitad, rápidamente busque un vaso y me serví un trago, pero como no quería que mi amigo se diera cuenta que tome un trago, recuerdo que marque con un marcador en donde había encontrado la botella. y cada vez que me servia un traguito mas, la linea iba bajando, jajaja finalmente, toco comprar una botella nueva, porque me la termine bebiendo ese día y no solo esa botella, sino una dos o tres que compre para calmar mi intenso vacío tiene mi cuerpo por el alcohol.
Todas mis borracheras eran muy parecidas unas de las otras, sin embargo, me detengo a escribir esta en particular, por la sensación que siento 758 días después de mi ultimo día de consumo. Respeto por supuesto, todas las opiniones que se puedan tener acerca del alcohol, bien por aquellos que pueden beber y seguir unas vidas normales. Sin embargo el caso mio no fue así. Tal como esa tarde cualquiera en la casa de mi amigo, era evidente que el alcohol me había escogido a mi , desde hace mucho tiempo, no recuerdo exactamente cuando fue el día que cruce la linea invivible, lo que si se , es que nunca hubo un retorno a mi normalidad. Mi nueva realidad se convirtió en mucho dolor, mucho desconcierto, muchos días tristes, opacados siempre por las eminentes consecuencias a las que me llevaba el alcohol cada vez que lo consumía.
Hoy esta entrada al blog, es una tanto sencilla, solo para recordarme a mi mismo, y a quien se detenga a leer estas palabras, que un ejercicio practico para evitar el primer trago el día de hoy, es precisamente recordar la ultima o alguna borrachera que se halla tenido, volver a sentir el antes, el durante y el después, de ese momento. En mi caso particular, hacer este ejercicio me ha ayudado a estar presente, me ha ayudado a tener una disposición frente a la vida, desde el agradecimiento, y aunque es cierto, que hoy no estoy bebiendo, comprendo que la condición que porto, es algo que no tiene cura, y has el ultimo de mis días, debo estar vigilante, recordando cada día, lo que me pasa a mi cada vez que me tomo un trago.
Saludos!
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