“Un abismo llama a otro abismo”

Salmo 42:7

Han pasado tan solo unos meses desde mi llegada a un lugar, un tanto extraño. Estoy seguro, qué pasé por ese lugar ciento de veces, porque el lugar está ubicado en una vía que conecta con una calle principal de mi ciudad, la cual transitó casi a diario. Lo místico del asunto, es que nunca voltee a mirar siendo tan evidente, pues eso digo hoy, porque desde ese día que entré allí, no he dejado de frecuentar el mismo lugar, noche tras noche, por lo que pasa detrás de una humilde puerta.

El aspecto del lugar, a la primera vista, créeme, no es gran cosa, si lo miro con mis ojos terrenales, nada del otro mundo, un escritorio de madera, 20 sillas, unos 10 cuadros en la pared, una cafetera y un baño, eso es todo.

Sin embargo, cada noche a partir de las 7 p.m, empieza a ocuparse cada una de esas sillas, con personas con una característica en común, !La Humildad!.

Para ingresar, no es necesario ser rico o pobre, ni tener algún tipo de creencia religiosa, o ideológica de género e.t.c. Todos son bienvenidos, no importa la condición.

Podrías imaginarte, que es una iglesia, o un lugar de entrenamientos de superación personal, una fundación o algo por estilo. Pues nada de eso, me encantaría de verdad, poder decir que es algo parecido a lo anteriormente mencionado, pero no es así.

Es bastante extraño la verdad, lo que he vivido en ese lugar; por ejemplo, no es un lugar religioso y nada de lo que se parezca, pero dicen que la única autoridad es un Dios amoroso, no hay jerarquías ni líderes principales, porque el liderazgo, son las mismas personas que asisten al lugar y se hacen llamar asi mismas, servidores de confianza.

No reciben ni aceptan financiamiento de ninguna entidad o organización, pero nunca hace falta nada en el lugar, como el café, aromáticas, servicios públicos, arriendo del local; y para no alargarme, cada una de las personas que asisten allí, dicen: !Yo hago conciencia aquí!. Al principio pregunté, pero ¿Qué carajos significa hacer conciencia?.

Extraño todo lo que digo ¿verdad?.

Por supuesto, no terminaría de describir un sin número de cosas que ocurren en ese lugar, creo que no bastaría una sola entrada a este blog; pero sí, quiero detenerme en contarte parte de mi experiencia de lo que he vivido allí.

Te preguntarás, porque inicié este escrito, mencionando un texto de un salmo; “Un abismo llama a otro abismo”, pues bien, este fue mi caso.

Creo que cuando llego a ese lugar, me encontraba en un momento de oscuridad absoluta, podría describir esa oscuridad, como una especie de adormecimiento espiritual, nada andaba bien, ni familiarmente, ni anímicamente, ni mucho menos espiritualmente, sentía literal, que no sentía.

Suena extraño, sentir que no sientes ¿verdad?. Es como si la vida estuviera en piloto automático, sin rumbo alguno, o algo así.

Pues bien, así estaba yo en ese momento, como en un abismo en caída libre, cada minuto que pasaba, más abajo y abajo, y más abajo. Cuando sentía que había tocado fondo; para mi sorpresa, había más fondo, se abría algo más, pero en la misma dirección, hacia abajo.

Mi vida hasta ese momento, era un abismo, un eterno e interminable abismo. Pero en un solo momento, como lo he dicho en veces anteriores, “Dios puede darnos el mejor de nuestros días, en la peor de las temporadas”, así me ocurrió a mi.

En esa caída libre de la que te hablo, ocurrió lo que le llamó “EL MILAGRO”, un abismo mucho más grande que del que yo iba en caída libre, se fijó en mí, por razones que hasta ahora no tengo explicación.

¿Por qué yo? lo estoy descubriendo día tras día.

Lo cierto, es que llego el día que volví a pasar por ese mismo lugar, pero esta vez, algo me obligó a mirar hacia esa direccion, y no siendo poco, me obligó a entrar por esa puerta, y no siendo más hasta allí, me obligó a sentarme en una silla, en la última que había, recuerdo.

En ese lugar, estaban personas bastante extrañas para mí, con una forma de hablar un poco extraña para lo que yo entendía hasta ese momento. Al parecer, estaban unas personas común y corrientes, pero qué por una extraña razón, me miraban como si me conocieran desde hace mucho tiempo, y no siento poco, es como si sintieran y entendieran el sufrimiento que llevaba en mi alma. Me ofrecieron un café y comenzaron de manera genuina a abrir una conversación sencilla pero profunda a la vez; cada palabra que me decían, se me clavaban directo al corazón.

Recuerdo ese día como si fuera hoy, y cuando vuelvo a sentir ese momento, no puedo negar que lagrimas salen de mis ojos. Ese día, volví a despertar, de un sueño profundo, que sin darme cuenta, lo había aceptado.

Ese día, con una autoridad extraordinaria, me miraron a los ojos y me dijeron:

JHON: Si después de escuchar esto, usted sale por esa puerta y no vuelves, el problema seguirá siendo suyo, pero si usted nos da la oportunidad de acompañarlo de ahora en adelante, el problema que hoy vives, es de todos nosotros.

Estas palabras, llevaban tanta autoridad, que reventaron mi entendimiento.

Ese día, otro abismo me llamó, uno más grande de lo que yo estaba viviendo, ese día, pusieron un sello en mi frente, que hasta ahora dice, bienvenido al mundo de los que estamos despiertos.

Desde ese día, mi vida, no es la misma; aunque las cosas exteriores, tienen una apariencia de estar todo igual y paradójicamente algunas, un poco mas mal de lo que estaban, hoy inexplicablemente tengo paz en medio de la tormenta, cada día que pasa, tiene un sabor y olor diferente, y siento por primera vez desde hace mucho tiempo, que estoy subiendo poco a poco, a una nueva dimensión.

El abismo que habita en cada uno de esos seres humanos, que frecuentan ese lugar como yo, ese abismo me llamó, algunos le llaman Dios, otros poder superior, yo le llamo PAPÁ, él fue el que me llamó por medio de aquellos seres humanos, que por supuesto no son perfectos, pero abundan en un mismo poder que sobrepasa todo entendimiento.

¿Es locura lo que pasa noche tras noche?, quizás sí, si lo miro con ojos terrenales; porque es imposible entender el mundo espiritual desde un pensamiento terrenal.

“Existe eternidad en todos los seres humanos, y tarde que temprano serán llamados por esa misma eternidad”, solo anhelo que si es tu caso, sea más temprano que tarde, y así, como me paso a mí, seas introducido a una dimensión, donde muchas de las cosas que considerabas importantes, pasen inmediatamente a un segundo plano.

Quizás, este escrito sea un abismo para ti, quizás no. Lo importante es que consideres la idea de que no estás solo, y que puedes parar de sufrir en cualquier momento, si te dispones de manera humilde a admitir, que tus vidas se habían vuelto ingobernables.

“Solo debes levantar la mano”

Nos vemos pronto, Saludos!!!

Categorías: ACTUALIDAD

JHON SILVERA

“Soy un creador de posibilidades, un instigador de alegría, un catalizador de crecimiento, un constructor de gente y un productor de pasión. Soy experto en la psicología del cambio, soy un empresario de eventos con amplia experiencia, líder innato, visionario, conferencista, un amante de la familia, un amigo, un abogado de los que no tienen hogar. Muestro una persona que establece una diferencia y una fuerza para el bien; un desafiador y un tipo divertido, animoso y humilde, Me identifico en los elementos más elevados de mí mismo y considero esas facetas mías que todavía no son perfectas como una oportunidad para el crecimiento antes que como defectos de mi carácter.»

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